7:00 a.m.- Ignacio llega a la oficina de servicios escolares de la universidad, con la esperanza de alcanzar un buen horario de clases y de encontrar lugar en los salones con los mejores profesores, cada minuto que pasa también pasa la esperanza de obtenerlo, delante de el hay por lo menos 30 personas que se reunieron ahí por la misma razón.
7:45 a.m.- Una voz despierta a Ignacio de su ensueño, es su turno de entrar a la oficina con los muy “agradables” empleados escolares que parece que están cumpliendo una condena al trabajar ahí. –No es mi culpa que no les guste su trabajo- dijo casi imperceptiblemente. Entró a la oficina y se encontró de cara con una señora que le sobraban varios kilos y que parecía igual de malhumorada que todos los demás.
-¿Semestre? –dijo la señora con un tono mandón.
-Cuarto semestre... pero quiero saber si todavía hay lugar en...
-Aquí esta su horario- dijo sin dejar a Ignacio terminar de hablar. Ella le entrego un pedazo de papel.
-Siguiente- gritó.
7:50 a.m.- Ignacio sale muy molesto de la oficina observando el papel que le entregaron hace un momento. En su mente empieza a leer repetidamente lo que el papel que tenía en las manos decía:
07:00-08:45 Física III
09:00-10:45 Química orgánica
11:00- 12:45 Matemáticas aplicadas
16:00- 18:45 Laboratorio clínico
-Bueno es un hecho que no llegué a mi primera clase- dijo con molestia, por la previa interacción que tuvo con la no muy amable dama de servicios escolares.
8:57 a.m.- Llega al salón correspondiente a su muy esperada clase de química orgánica, el salón estaba lleno, por lo menos había 40 alumnos ocupando bancas, Ignacio encontró una vacía al fondo del salón, la cual ocupo lo más rápido que pudo. El profesor se encontraba sentado en su escritorio mirando con escrutinio al grupo de alumnos que se disponían a tomar la clase.
-Gonzáles otra vez aquí- dijo con voz fuerte el profesor.
-¡Ya que! Contestó con ironía.
Ignacio sólo observaba ese teatro innecesario mientras pensaba que no conocía a nadie -eso me pasa por haberme dado de baja tanto tiempo- dijo con resignación.
11:00 a.m.- Ignacio está a punto de entrar a su salón de matemáticas aplicadas cuando escucha una voz conocida a sus espaldas que lo llama por su nombre; el voltea y ve que su amiga Erika lo saluda desde lejos. A Ignacio le dio mucho gusto por fin ver a alguien conocido así que se acercó para corresponder a su saludo y platicar un momento con ella.
-Erika ¿Cómo estás?...
-Muy bien- dijo ella –que gran sorpresa verte aquí-.
-Pues si, decidí regresar a la escuela, ya era mucho tiempo de andar como parásito, que te parece si nos vemos a la una y comemos juntos para ponernos al corriente, porque ahora tengo clases con el divertido maestro de matemáticas.
-Me parece perfecto, te veo aquí mismo a la una.
11:10 a.m.- Ignacio se para en la puerta del salón -¿puedo pasar?- -Con falta- dijo el profesor con un tono harto casi tan molesto como la señora de la mañana. Entra y se acomoda en una banca, en realidad no le molestaba tanto el hecho de tener falta como el tono que usaba su calvo y chaparro maestro al hablar. Al estar escuchando la clase, no dejaba de pensar en lo aburrido que estaba; los minutos pasaban cada vez más lento, Ignacio se empezaba a desesperar cuando el viejo dinosaurio de las matemáticas terminó la cátedra de ese día, una sensación de tranquilidad y bienestar lo invadió por completo.
01:00 p.m.- Ignacio estaba parado en el lugar dónde había pactado encontrarse con su amiga cuando su celular suena...
-Bueno
-Nacho, hola habla Erika.
-Que pasó, te estoy esperando donde quedamos.
-Perdóname la vida por favor, no voy a poder llegar tengo un problema con mi horario y estoy en servicios escolares tratando de arreglarlo ¿nos podemos ver mañana?
-Si quieres- Dijo desilusionado.
02:00 p.m.- Ignacio esta sentado a un lado de las canchas de básquet comiendo un sándwich y una coca cola mientras esperaba que dieran las 4:00 p.m. y tuviera que entrar a su ultima clase del día. Cuando terminó de comer puso su cabeza en la mochila y se quedó dormido sobre el pasto; después de un rato dejó de escuchar el ruido que hacía el balón al botar, cosa que lo sacó de su sueño. Vio a su alrededor y no había nadie, miro su reloj y se dio cuenta que eran más de las 04:00, se levantó de un saltó y corrió derecho a su próxima clase.
04:15 p.m.- Ignacio llegó al laboratorio y sintió alivio cuando vio que la profesora no estaba todavía, así que entró y se sentó en una de las mesas, cuando se acomodó vio que el grupo era considerablemente más chico que el de las clases anteriores, sólo habían 6 mesas de trabajo con 6 alumnos en cada una. Después de cinco minutos por fin llegó la profesora Rosales que traía con ella una jeringas y unos frasquitos.
-Muy bien muchachos hoy vamos a empezar con algo básico que ya deben a estas alturas dominar al 100%, pero quiero cerciorarme por mi misma que en efecto tengan este conocimiento, sino, para solucionarlo en este momento; vamos a determinar tipo de sangre- dijo con un tono cordial que iba perfectamente con su apariencia bonachona.-bueno- continúo hablando –quién se ofrece como voluntario para recibir picotazos-.
Hubo un momento de silencio a lo cual la maestra agregó –Jesús... eres el elegido por los dioses-.
04:30 p.m.- Jesús se paró al frente de la clase a un lado de la maestra, era muy gracioso ver la cara de espanto que puso cuando la profesora se encontraba preparando la jeringa para enseñarles como debían tomar la muestra de sangre; Jesús se veía aterrado pero no podía retractarse sin parecer una mariquita. Una vez que nos enseñaron como debíamos hacer las cosas dijo la mujer –bueno ya vieron como, ahora todo a picar a Jesús-.
Los alumnos se pararon al unísono tomaron una jeringa de la mesa dónde se encontraban las cosas de la maestra y en un mismo tiempo rodearon a Jesús y empezaron a tomarle las muestras, Ignacio se quedó en su lugar esperando pacientemente su turno, estaba observando como se amotinaban alrededor de Jesús cuando alcanzó a ver como un chorro de sangre salía disparado del centro del círculo; Ignacio se asustó por lo que veía, no se suponía que saliera tanta sangre, se acercó para ver que es lo que pasaba, la maestra lo miró tranquilamente y le preguntó que si no pensaba picar a Jesús, pero el chico estaba sin palabras, aterrado al ver como sus compañeros enloquecían y le enterraban una y otra vez las agujas a su compañero, rasgándole la piel de la cara, los brazos y las piernas, Ignacio se quedó paralizado por un momento hasta que sintió ganas de vomitar, sensación que no pudo seguir reteniendo dentro de él cuando vio como una de sus compañeras tomaba un bisturí y retiraba el ojo derecho de Jesús con un movimiento rápido.
-Maestra ya tengo la muestra para la próxima práctica- dijo muy sonriente, mientras la profesora asentía.
Al parecer no eran suficientes las agujas así que todos siguieron el ejemplo de la muchacha y tomaron otros objetos para descuartizar al pobre Jesús.
Ignacio se alejaba inconscientemente al fondo del salón, cuando alcanzó la pared, su cuerpo no se resistió a la gravedad y se dejó caer al suelo. Desde donde estaba tirado alcanzaba a ver un charco de sangre que todos pisaban ensuciando sus zapatos, no podía respirar bien cuando la cabeza de Jesús salió rodando entre los pies de los muchachos y se detuvo a un lado de el observándolo sin ojos.
Levantó la vista y sus compañeros se alejaban del cuerpo destazado de Jesús cada uno con un manojo de visceras que cargaban como si fuera un simple pedazo de carne de res, lo pusieron en sus platos de pruebas y empezaron a mirarlos por el microscopio. Uno de los chicos le informaba a la maestra de la condición en que se encontraba Ignacio, todos los malditos curiosos bañados en sangre se acercaron a ver que es lo que tenía cuando por fin perdió todo sentido de si mismo y se desmayo.
7:15p.m.- Ignacio abre los ojos, se encuentra recostado en un pequeño cuarto pintado todo de blanco, se levanta dirigiéndose a la puerta, toma el picaporte pero éste no abre, empieza a desesperarse, no sabe que ocurre ni dónde esta, vuelve la cabeza y mira nuevamente el cuarto blanco en su totalidad, ve que las paredes están cubiertas como por almohadones suaves; se mira a si mismo y observa su ropa blanca ya deteriorada por el tiempo, lo embarga una sensación de desesperación al no tener idea de que es lo que el hace ahí y por la suerte que corrió Jesús en el laboratorio. Rendido regresa a la cama que esta en medio de la habitación o mejor dicho celda de manicomio y se sienta a esperar...
Ignacio escucha que alguien abre la puerta del cuarto, levanta la cabeza echa un vistazo rápido hacia fuera pero sólo alcanzó a ver un gran reloj que estaba colgado en la pared de enfrente que marcaban la 09:05p.m. cuando la puerta se hubo cerrado vio a un hombre que se acercaba a el, cual fue su sorpresa al reconocer en la cara de ese hombre de bata blanca a su compañero Jesús que hace unas horas habían destrozado en el laboratorio. Con lagrimas en los ojos y sin poder resolver como es que pudo haber sobrevivido dijo:
-Jesús, estás vivo-
-Si Ignacio, todavía ando por estos rumbos pero dime ¿como te encuentras?-
-¿En dónde estoy? Porque me encerraron a mi: yo no hice nada...
En ese momento entro una muchacha preguntando por el estado de Ignacio
-Informa que se tiene que aumentar la dosis de este paciente, ayer tuvo un ataque de histeria, todavía no sabemos que lo provocó.
-Si doctor, pobrecito tener que vivir sin poder ver la diferencia entre la realidad y alucinaciones...
-Si, es tan joven y pensar que la próxima semana cumple dos años de estar internado en este hospital.
Ignacio sin ninguna esperanza y sin entender que había pasado y porqué estaba en ese lugar se recostó nuevamente y cerro los ojos cayendo en un profundo sueño.
FIN
Los alumnos se pararon al unísono tomaron una jeringa de la mesa dónde se encontraban las cosas de la maestra y en un mismo tiempo rodearon a Jesús y empezaron a tomarle las muestras, Ignacio se quedó en su lugar esperando pacientemente su turno, estaba observando como se amotinaban alrededor de Jesús cuando alcanzó a ver como un chorro de sangre salía disparado del centro del círculo; Ignacio se asustó por lo que veía, no se suponía que saliera tanta sangre, se acercó para ver que es lo que pasaba, la maestra lo miró tranquilamente y le preguntó que si no pensaba picar a Jesús, pero el chico estaba sin palabras, aterrado al ver como sus compañeros enloquecían y le enterraban una y otra vez las agujas a su compañero, rasgándole la piel de la cara, los brazos y las piernas, Ignacio se quedó paralizado por un momento hasta que sintió ganas de vomitar, sensación que no pudo seguir reteniendo dentro de él cuando vio como una de sus compañeras tomaba un bisturí y retiraba el ojo derecho de Jesús con un movimiento rápido.
-Maestra ya tengo la muestra para la próxima práctica- dijo muy sonriente, mientras la profesora asentía.
Al parecer no eran suficientes las agujas así que todos siguieron el ejemplo de la muchacha y tomaron otros objetos para descuartizar al pobre Jesús.
Ignacio se alejaba inconscientemente al fondo del salón, cuando alcanzó la pared, su cuerpo no se resistió a la gravedad y se dejó caer al suelo. Desde donde estaba tirado alcanzaba a ver un charco de sangre que todos pisaban ensuciando sus zapatos, no podía respirar bien cuando la cabeza de Jesús salió rodando entre los pies de los muchachos y se detuvo a un lado de el observándolo sin ojos.
Levantó la vista y sus compañeros se alejaban del cuerpo destazado de Jesús cada uno con un manojo de visceras que cargaban como si fuera un simple pedazo de carne de res, lo pusieron en sus platos de pruebas y empezaron a mirarlos por el microscopio. Uno de los chicos le informaba a la maestra de la condición en que se encontraba Ignacio, todos los malditos curiosos bañados en sangre se acercaron a ver que es lo que tenía cuando por fin perdió todo sentido de si mismo y se desmayo.
7:15p.m.- Ignacio abre los ojos, se encuentra recostado en un pequeño cuarto pintado todo de blanco, se levanta dirigiéndose a la puerta, toma el picaporte pero éste no abre, empieza a desesperarse, no sabe que ocurre ni dónde esta, vuelve la cabeza y mira nuevamente el cuarto blanco en su totalidad, ve que las paredes están cubiertas como por almohadones suaves; se mira a si mismo y observa su ropa blanca ya deteriorada por el tiempo, lo embarga una sensación de desesperación al no tener idea de que es lo que el hace ahí y por la suerte que corrió Jesús en el laboratorio. Rendido regresa a la cama que esta en medio de la habitación o mejor dicho celda de manicomio y se sienta a esperar...
Ignacio escucha que alguien abre la puerta del cuarto, levanta la cabeza echa un vistazo rápido hacia fuera pero sólo alcanzó a ver un gran reloj que estaba colgado en la pared de enfrente que marcaban la 09:05p.m. cuando la puerta se hubo cerrado vio a un hombre que se acercaba a el, cual fue su sorpresa al reconocer en la cara de ese hombre de bata blanca a su compañero Jesús que hace unas horas habían destrozado en el laboratorio. Con lagrimas en los ojos y sin poder resolver como es que pudo haber sobrevivido dijo:
-Jesús, estás vivo-
-Si Ignacio, todavía ando por estos rumbos pero dime ¿como te encuentras?-
-¿En dónde estoy? Porque me encerraron a mi: yo no hice nada...
En ese momento entro una muchacha preguntando por el estado de Ignacio
-Informa que se tiene que aumentar la dosis de este paciente, ayer tuvo un ataque de histeria, todavía no sabemos que lo provocó.
-Si doctor, pobrecito tener que vivir sin poder ver la diferencia entre la realidad y alucinaciones...
-Si, es tan joven y pensar que la próxima semana cumple dos años de estar internado en este hospital.
Ignacio sin ninguna esperanza y sin entender que había pasado y porqué estaba en ese lugar se recostó nuevamente y cerro los ojos cayendo en un profundo sueño.
FIN
3 comentarios:
Que tal marina! bueno carajo buen final no lo esperaba. deja ver mas
hola, está bueno... pero a mi gusto le faltó más desesperación jjj
perdón por comentar un texto tan atrasado, pero hace poco empezé a ver blogs. saludos
Es bueno el tema:El grado de indolencia del ser humano.Imaginé un festín de antropófagos
Da la impresión de que quieres poner pinceladas de humor (fallido, por cierto) al texto,pero retomas el tema.Buen recurso el juego del tiempo,me gustó mucho.Me hizo reflexionar.Se escribe "Vísceras".
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