Inexplotables pensamientos, acciones y hechos... la mayoría de las veces no entendemos el porque pasan las cosas... la vida, la muerte. Pero ¿debe haber un porqué?, si todo tiene una respuesta, ¿quién es el poseedor de ese tesoro invaluable? ¿el sabio al que podemos preguntar?, simplemente no comprendemos y nuevamente me refiero a la vida y la muerte, los más grandes misterios que nos acontecen. Muchos atribuyen todo a un poder superior y benevolente que tampoco logramos entender del todo.
Nosotros, pobres mortales indefensos ante lo desconocido, que no podemos, o no queremos ver más allá de los que nuestros imperfectos ojos nos muestran y que desde el fondo de nuestro corazón, deseamos insaciablemente que esa visión provenga de la fuente poderosa que todos llaman Dios, logramos sentir y detectar raras presencias, y pensamos y nos preguntamos de dónde nacen esos sentimientos, que algunos logran tornar en fugaces imágenes incomprensibles e inexplicables que en ocasiones nos aterrorizan.
Nuevamente el misterio asoma su rostro, extiende sus alas y vuela, alejándose de nosotros sin decir palabra.
Anhelo el día en que lo atrapemos al vuelo y descubramos por fin que se esconde más allá de lo inimaginable.
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