miércoles, 25 de febrero de 2009

El laboratorista

Por: Marina Guigui


7:00 a.m.- Ignacio llega a la oficina de servicios escolares de la universidad, con la esperanza de alcanzar un buen horario de clases y de encontrar lugar en los salones con los mejores profesores, cada minuto que pasa también pasa la esperanza de obtenerlo, delante de el hay por lo menos 30 personas que se reunieron ahí por la misma razón.

7:45 a.m.- Una voz despierta a Ignacio de su ensueño, es su turno de entrar a la oficina con los muy “agradables” empleados escolares que parece que están cumpliendo una condena al trabajar ahí. –No es mi culpa que no les guste su trabajo- dijo casi imperceptiblemente. Entró a la oficina y se encontró de cara con una señora que le sobraban varios kilos y que parecía igual de malhumorada que todos los demás.
-¿Semestre? –dijo la señora con un tono mandón.
-Cuarto semestre... pero quiero saber si todavía hay lugar en...
-Aquí esta su horario- dijo sin dejar a Ignacio terminar de hablar. Ella le entrego un pedazo de papel.
-Siguiente- gritó.

7:50 a.m.- Ignacio sale muy molesto de la oficina observando el papel que le entregaron hace un momento. En su mente empieza a leer repetidamente lo que el papel que tenía en las manos decía:

07:00-08:45 Física III
09:00-10:45 Química orgánica
11:00- 12:45 Matemáticas aplicadas
16:00- 18:45 Laboratorio clínico

-Bueno es un hecho que no llegué a mi primera clase- dijo con molestia, por la previa interacción que tuvo con la no muy amable dama de servicios escolares.

8:57 a.m.- Llega al salón correspondiente a su muy esperada clase de química orgánica, el salón estaba lleno, por lo menos había 40 alumnos ocupando bancas, Ignacio encontró una vacía al fondo del salón, la cual ocupo lo más rápido que pudo. El profesor se encontraba sentado en su escritorio mirando con escrutinio al grupo de alumnos que se disponían a tomar la clase.
-Gonzáles otra vez aquí- dijo con voz fuerte el profesor.
-¡Ya que! Contestó con ironía.
Ignacio sólo observaba ese teatro innecesario mientras pensaba que no conocía a nadie -eso me pasa por haberme dado de baja tanto tiempo- dijo con resignación.

11:00 a.m.- Ignacio está a punto de entrar a su salón de matemáticas aplicadas cuando escucha una voz conocida a sus espaldas que lo llama por su nombre; el voltea y ve que su amiga Erika lo saluda desde lejos. A Ignacio le dio mucho gusto por fin ver a alguien conocido así que se acercó para corresponder a su saludo y platicar un momento con ella.
-Erika ¿Cómo estás?...
-Muy bien- dijo ella –que gran sorpresa verte aquí-.
-Pues si, decidí regresar a la escuela, ya era mucho tiempo de andar como parásito, que te parece si nos vemos a la una y comemos juntos para ponernos al corriente, porque ahora tengo clases con el divertido maestro de matemáticas.
-Me parece perfecto, te veo aquí mismo a la una.

11:10 a.m.- Ignacio se para en la puerta del salón -¿puedo pasar?- -Con falta- dijo el profesor con un tono harto casi tan molesto como la señora de la mañana. Entra y se acomoda en una banca, en realidad no le molestaba tanto el hecho de tener falta como el tono que usaba su calvo y chaparro maestro al hablar. Al estar escuchando la clase, no dejaba de pensar en lo aburrido que estaba; los minutos pasaban cada vez más lento, Ignacio se empezaba a desesperar cuando el viejo dinosaurio de las matemáticas terminó la cátedra de ese día, una sensación de tranquilidad y bienestar lo invadió por completo.

01:00 p.m.- Ignacio estaba parado en el lugar dónde había pactado encontrarse con su amiga cuando su celular suena...
-Bueno
-Nacho, hola habla Erika.
-Que pasó, te estoy esperando donde quedamos.
-Perdóname la vida por favor, no voy a poder llegar tengo un problema con mi horario y estoy en servicios escolares tratando de arreglarlo ¿nos podemos ver mañana?
-Si quieres- Dijo desilusionado.

02:00 p.m.- Ignacio esta sentado a un lado de las canchas de básquet comiendo un sándwich y una coca cola mientras esperaba que dieran las 4:00 p.m. y tuviera que entrar a su ultima clase del día. Cuando terminó de comer puso su cabeza en la mochila y se quedó dormido sobre el pasto; después de un rato dejó de escuchar el ruido que hacía el balón al botar, cosa que lo sacó de su sueño. Vio a su alrededor y no había nadie, miro su reloj y se dio cuenta que eran más de las 04:00, se levantó de un saltó y corrió derecho a su próxima clase.

04:15 p.m.- Ignacio llegó al laboratorio y sintió alivio cuando vio que la profesora no estaba todavía, así que entró y se sentó en una de las mesas, cuando se acomodó vio que el grupo era considerablemente más chico que el de las clases anteriores, sólo habían 6 mesas de trabajo con 6 alumnos en cada una. Después de cinco minutos por fin llegó la profesora Rosales que traía con ella una jeringas y unos frasquitos.

-Muy bien muchachos hoy vamos a empezar con algo básico que ya deben a estas alturas dominar al 100%, pero quiero cerciorarme por mi misma que en efecto tengan este conocimiento, sino, para solucionarlo en este momento; vamos a determinar tipo de sangre- dijo con un tono cordial que iba perfectamente con su apariencia bonachona.-bueno- continúo hablando –quién se ofrece como voluntario para recibir picotazos-.
Hubo un momento de silencio a lo cual la maestra agregó –Jesús... eres el elegido por los dioses-.

04:30 p.m.- Jesús se paró al frente de la clase a un lado de la maestra, era muy gracioso ver la cara de espanto que puso cuando la profesora se encontraba preparando la jeringa para enseñarles como debían tomar la muestra de sangre; Jesús se veía aterrado pero no podía retractarse sin parecer una mariquita. Una vez que nos enseñaron como debíamos hacer las cosas dijo la mujer –bueno ya vieron como, ahora todo a picar a Jesús-.

Los alumnos se pararon al unísono tomaron una jeringa de la mesa dónde se encontraban las cosas de la maestra y en un mismo tiempo rodearon a Jesús y empezaron a tomarle las muestras, Ignacio se quedó en su lugar esperando pacientemente su turno, estaba observando como se amotinaban alrededor de Jesús cuando alcanzó a ver como un chorro de sangre salía disparado del centro del círculo; Ignacio se asustó por lo que veía, no se suponía que saliera tanta sangre, se acercó para ver que es lo que pasaba, la maestra lo miró tranquilamente y le preguntó que si no pensaba picar a Jesús, pero el chico estaba sin palabras, aterrado al ver como sus compañeros enloquecían y le enterraban una y otra vez las agujas a su compañero, rasgándole la piel de la cara, los brazos y las piernas, Ignacio se quedó paralizado por un momento hasta que sintió ganas de vomitar, sensación que no pudo seguir reteniendo dentro de él cuando vio como una de sus compañeras tomaba un bisturí y retiraba el ojo derecho de Jesús con un movimiento rápido.
-Maestra ya tengo la muestra para la próxima práctica- dijo muy sonriente, mientras la profesora asentía.
Al parecer no eran suficientes las agujas así que todos siguieron el ejemplo de la muchacha y tomaron otros objetos para descuartizar al pobre Jesús.

Ignacio se alejaba inconscientemente al fondo del salón, cuando alcanzó la pared, su cuerpo no se resistió a la gravedad y se dejó caer al suelo. Desde donde estaba tirado alcanzaba a ver un charco de sangre que todos pisaban ensuciando sus zapatos, no podía respirar bien cuando la cabeza de Jesús salió rodando entre los pies de los muchachos y se detuvo a un lado de el observándolo sin ojos.

Levantó la vista y sus compañeros se alejaban del cuerpo destazado de Jesús cada uno con un manojo de visceras que cargaban como si fuera un simple pedazo de carne de res, lo pusieron en sus platos de pruebas y empezaron a mirarlos por el microscopio. Uno de los chicos le informaba a la maestra de la condición en que se encontraba Ignacio, todos los malditos curiosos bañados en sangre se acercaron a ver que es lo que tenía cuando por fin perdió todo sentido de si mismo y se desmayo.

7:15p.m.- Ignacio abre los ojos, se encuentra recostado en un pequeño cuarto pintado todo de blanco, se levanta dirigiéndose a la puerta, toma el picaporte pero éste no abre, empieza a desesperarse, no sabe que ocurre ni dónde esta, vuelve la cabeza y mira nuevamente el cuarto blanco en su totalidad, ve que las paredes están cubiertas como por almohadones suaves; se mira a si mismo y observa su ropa blanca ya deteriorada por el tiempo, lo embarga una sensación de desesperación al no tener idea de que es lo que el hace ahí y por la suerte que corrió Jesús en el laboratorio. Rendido regresa a la cama que esta en medio de la habitación o mejor dicho celda de manicomio y se sienta a esperar...

Ignacio escucha que alguien abre la puerta del cuarto, levanta la cabeza echa un vistazo rápido hacia fuera pero sólo alcanzó a ver un gran reloj que estaba colgado en la pared de enfrente que marcaban la 09:05p.m. cuando la puerta se hubo cerrado vio a un hombre que se acercaba a el, cual fue su sorpresa al reconocer en la cara de ese hombre de bata blanca a su compañero Jesús que hace unas horas habían destrozado en el laboratorio. Con lagrimas en los ojos y sin poder resolver como es que pudo haber sobrevivido dijo:
-Jesús, estás vivo-
-Si Ignacio, todavía ando por estos rumbos pero dime ¿como te encuentras?-
-¿En dónde estoy? Porque me encerraron a mi: yo no hice nada...

En ese momento entro una muchacha preguntando por el estado de Ignacio

-Informa que se tiene que aumentar la dosis de este paciente, ayer tuvo un ataque de histeria, todavía no sabemos que lo provocó.
-Si doctor, pobrecito tener que vivir sin poder ver la diferencia entre la realidad y alucinaciones...
-Si, es tan joven y pensar que la próxima semana cumple dos años de estar internado en este hospital.

Ignacio sin ninguna esperanza y sin entender que había pasado y porqué estaba en ese lugar se recostó nuevamente y cerro los ojos cayendo en un profundo sueño.

FIN

viernes, 6 de febrero de 2009

ETERNIDAD

Por: Marina Guigui


Las cabezas de hombre se asoman en el agua, miles de ellas, no importa a donde mire veo cabezas saliendo a flote para luego sumergirse nuevamente, quiero mirar al cielo y al tiempo que alzo la vista, mis ojos contemplan más cabezas colgadas en los árboles, serenas mirando sin mirar, cierro los ojos para ver en mi interior, y como si los tuviera abiertos vislumbro la misma barca dónde me encuentro navegando con un camino oscuro y solo frente a mi y las cabezas no dejan de mirarme burlonas, ya no sé si mis ojos están abiertos o cerrados, cosa que no importa porque me muestran la misma imagen de una u otra forma.

Empiezo a escuchar unas voces lejanas son como un canto, una alabanza que motiva a mis sentidos, agudizándolos, ahora veo más claro en la oscuridad de la noche, escucho todo como si estuvieran los sonido contándome un íntimo secreto, alcanzo a ver a un lobo que se acerca a la orilla a tomar agua del río, aúlla como si estuviera hablando conmigo yo aúllo en correspondencia, un escalofrío me hiela la piel, me abrazo a mi mismo para retirar esa sensación de mi cuerpo, cada vez hace más frío y me recrimino a mi mismo por no venir preparado a este viaje, ¡es una mentira que el infierno este ardiendo!.

Un grupo de murciélagos bajan al río a tomar agua para después estrellarse en mi barca sin razón, hacen un ruido ensordecedor, trato de taparme los oídos pero eso no termina con el ruido, quiero gritar, pero mi voz no sale de mi boca, me llevo las manos a la cara y lo único que siento es mi lengua que esta atrapada dentro de mi garganta y no puede salir, es un lucha letal, el lobo debió advertirme lo que pasaría, pero no lo escuché.

La calma ha vuelto no puedo decir que es más fuerte, el miedo o la curiosidad, ya no veo las cabezas, se han ido, es momento del té, no me acuerdo dónde puse la taza debe estar en esa bolsa al final de la lancha será mejor que me apresure antes de que vuelvan las cabezas y quieran robarme mi té, mis pies no se mueven, están pegados al piso, mamá ¿qué haces aquí? Pensé que no podía tener compañía pero gracias por venir, ¿quieres tomar té conmigo?, puedes pasármelo porque tengo los pies pegados al piso, déjame darte un beso, no recordaba lo suave que es tu piel, mamá tu cara se está deshaciendo en mis manos, y tu pelo se cae con sólo tocarlo, ¡tu no eres mi madre! otra vez intento gritar y no puedo, otra vez las cabezas miles de ellas están a mi alrededor, no quiero que me vean, ¡no me vean!, ¿que no me escuchan?, quiero que amanezca no soporto la oscuridad, no veo nada, ah ¿qué es eso? ¿quién está ahí?...

Debe ser que el agua está podrida esa pestilencia es insoportable, no puedo respirar, espero llegar a un lugar pronto, pero volteo y sigo sin ver nada, los cantos se siguen escuchando pero no veo a nadie, tengo sed, no soporto la sed, tanta agua a mi alrededor y no puedo beberla, aunque desde hace rato no huele mal, de este lado no debe estar contaminada, pero como le hago no traje vasos, tomaré en esa copa, no creo que al dueño le importe, se ve bastante roja el agua, deben haber árboles de hojas rojas por aquí, que sabor tan dulce tiene el agua, algún avión que transportaba azúcar seguro dejo caer la carga, la piel se me esta tiñendo de rojo ¡que agua tan fuerte!, ¿nadie habrá intentado patentarla? creo que me llevaré una muestra y me volveré millonario, no tengo frascos, tomare más y la orinare después en el laboratorio con eso bastará, debo llegar rápido antes de que mi cuerpo reaccione, escucho un ruido como unos golpes, mi lancha se mueve demasiado, alguien quiere voltearla para que caiga al agua, ¡son las cabezas!, ¡déjenme en paz!, ¡malditas cabezas! ¿qué les he hecho?, ¡no las conozco!; la calma regresó, otra vez el lobo me está mirando, quiere decirme algo otra vez no lo entiendo, debo aprender el idioma de los lobos, por que no lo aprendí en la escuela, pensé que era una perdida de tiempo, el frío empieza a hacerse todavía más fuerte, si tan sólo le hubiera hecho caso a mi mamá cuando me dijo que me pusiera un abrigo, que tonto he sido, ahora tendré que aguantar este clima de los mil demonios... -silencio total-... jajajajajajajajaja...jajajjajajajajja...jajajjajaja, ahhhhhhhhhh, tengo miedo, mucho miedo estoy paralizado del miedo, ¡no quiero estar aquí!, no quiero, odio estar solo y que es eso que se ve en la oscuridad, no quiero ver, ¡no quiero!, ¡no me toquen!, Dios mío ¡ayúdame!, veo una luz al final del camino, debe ser una señal, debo llega ahí, ¡sirenas!... pensé que sólo eran un cuento, que bellas son, se ven tan apetitosas, huelen tan bien, saben tan bien quiero probar un poco más, son tan deliciosas, satisfacen mi apetito de una manera tan sublime, casi podría pensar que estoy en el cielo, en la gloria, es tan confortante.

He perdido la noción del tiempo, no se que día es hoy o más bien que noche, la luz del día no tiene lugar aquí, otra vez ese olor pestilente, soy yo necesito un baño caliente, me voy a meter a nadar al río; que agua tan tibia, es deliciosa ahora entiendo porque esas cabezas estaban sumergidas, algo esta tocando mi pie, no, no, debe ser mi imaginación, ahhhh, el agua cada vez es más caliente, ¡me estoy quemando!, no puedo nadar algo esta agarrando mis piernas, ¡me arde!, necesito regresar a la lancha, no la veo, ¿dónde está la lancha?, mi lancha se perdió en la oscuridad, las cabezas me están viendo, no me vean, ¡váyanse!, no me hacen caso, ¡largo malditas!, empiezan a besarme, me da mucho asco, hago todo el esfuerzo por nadar a la orilla, ya casi estoy ahí, pero no logro alcanzarla, se aleja de mi, me duele mucho mi pierna ya debe estar muy quemada, por fin encontré una piedra y fui saltando hasta alcanzar la orilla, como me lo temía mi pierna derecha ya no sirve, esta totalmente quemada. Me senté a orilla del río y el lobo se me acercó y comenzó a comerse mi pierna quemada, que más da de todas manera ya no me sirve, es imposible de recuperar, un cierto placer recorrió mi cuerpo tras ese acto, el lobo siguió con mi brazo derecho, de todas formas tengo otro brazo, de haber sabido que ser comido por un lobo sería tan estimulante y placentero lo hubiera hecho antes, eso es todo lobo, vete, ¿qué? no te entiendo ¿que me quieres decir?, el lobo se me acercó más y empezó a comer mi otra pierna, y mi brazo, mi pecho, el dolor es insoportable, pero por alguna razón no muero, ¿porqué no me muero ya?, no soporto, ¡maldito lobo! pensé que éramos amigos cuando hablamos tiempo atrás, ya veo que me equivoqué, no debo confiar en nadie, el lobo por fin terminó conmigo y el dolor disminuyó, me lamió la cara que es lo único que se dignó a dejar de mi, con su hocico empujo mi cabeza al río, que al contacto con el agua roja después de un momento de alivio sentí un ardor indescriptible, mi cabeza se hundió en el agua impidiéndome respirar, de alguna manera tenia que salir de ahí, logre llegar a la superficie y alcance a ver una lancha, debe ser la lancha que perdí cuando baje a nadar, tengo que alcanzarla y ponerme a salvo, como pude me acerqué y salí a mirar, definitivamente no es mi lancha, pero tal vez ese hombre pueda ayudarme, ¿qué le pasa? ¿porqué no me da una mano?, parece asustado, es inútil tengo que encontrar una forma de salir, no otra vez esas cabezas, me persiguen, ¡no me toquen!, ¡no me sigan!, el terror me invade, no lo soporto, no me toquen, ¡aléjense!, quiero alejarme nadando y no puedo, sin brazos es muy difícil, quiero patear a las cabezas pero no tengo piernas, grito y mi voz se va haciendo cada vez más fuerte, las cabezas que están a mi lado también están gritando, deben querer callar mi voz con sus gritos, el sonido es como si estuviera en un coro cantando alabanzas, ¡no quiero cantar alabanzas!, estos gritos de desesperanza deben ser como un coro de ángeles para Satanás, me ha elegido a mi para formar parte del coro, debo estar honrado, otra vez tengo miedo, no quiero pertenecer aquí, ¡no debo pertenecer!, si tan sólo tuviera otra oportunidad no hubiera saltado de esa lancha, quiero regresar, ¡quiero otra oportunidad!, será mejor que me hunda, debe haber más calma en lo profundo, tengo sueño quiero dormir, el movimiento del agua me marea, si tuviera cuerpo saldría a vomitar, en este estado sólo siento un mareo que no puedo curar, no es una sensación tan desagradable, mis ojos no pueden más ha sido un día agitado, voy a cerrar los ojos un momento y...

¿Dónde estoy? ¿Hay alguien ahí? No escucho nada, creo que estoy perdido lanzaré el ancla para que me encuentren más rápido, cuanto tiempo me habré quedado dormido, pareciera que dormí una eternidad y a pesar de eso sigo sintiéndome cansado, hace frío, debí traer mi abrigo, cabezas de hombre se asoman en el agua, miles de ellas, no importa a donde mire veo cabezas saliendo a flote para luego sumergirse nuevamente, quiero mirar al cielo y al tiempo que alzo la vista, mis ojos contemplan más cabezas colgadas en los árboles, serenas mirando sin mirar...

Introducción a lo desconocido

Inexplotables pensamientos, acciones y hechos... la mayoría de las veces no entendemos el porque pasan las cosas... la vida, la muerte. Pero ¿debe haber un porqué?, si todo tiene una respuesta, ¿quién es el poseedor de ese tesoro invaluable? ¿el sabio al que podemos preguntar?, simplemente no comprendemos y nuevamente me refiero a la vida y la muerte, los más grandes misterios que nos acontecen. Muchos atribuyen todo a un poder superior y benevolente que tampoco logramos entender del todo.

Nosotros, pobres mortales indefensos ante lo desconocido, que no podemos, o no queremos ver más allá de los que nuestros imperfectos ojos nos muestran y que desde el fondo de nuestro corazón, deseamos insaciablemente que esa visión provenga de la fuente poderosa que todos llaman Dios, logramos sentir y detectar raras presencias, y pensamos y nos preguntamos de dónde nacen esos sentimientos, que algunos logran tornar en fugaces imágenes incomprensibles e inexplicables que en ocasiones nos aterrorizan.

Nuevamente el misterio asoma su rostro, extiende sus alas y vuela, alejándose de nosotros sin decir palabra.

Anhelo el día en que lo atrapemos al vuelo y descubramos por fin que se esconde más allá de lo inimaginable.

Dedicatoria

Para todos mis amigos...

Amigo, nos conocimos ya hace algunos años, desde que comenzamos a juntarnos, a hablar, a compartir gustos y desagrados, algo invisible entró en nosotros formando un lazo muy especial que ha seguido uniéndonos todo este tiempo, aunque pasa mucho sin que sepamos uno del otro, quiero decirte que siempre te llevo en mis pensamientos, siempre estas ahí cuando lo necesito aún sin saberlo. Eres una de las pocas personas que saben escuchar, por lo menos a mi, sin importar que resulte en largas pláticas aburridas, eso lo agradezco infinitamente y lo valoro, (procuraré no hacerlo tan seguido... es una promesa). Después de varios años hemos cambiado bastante, por diferentes circunstancias, alegres o incluso trágicas, con cada encuentro trato de reconocerte y descubrir que dentro de ti aún vive mi gran amigo y cómplice de situaciones absurdas. Por más que los años pasen, siempre buscaré un momento para pensar en ti y en nuestras divertidas experiencias de estudiantes. No sé porque te convertiste en una de mis personas favoritas en este mundo, sólo tuve que conocerte un poco para saber que vivirías en mi siempre. Espero que me sigas permitiendo ser testigo de tu camino por la vida y que nunca me olvides, porque yo no te olvidaré jamás.